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¿Hay que criminalizar el acoso callejero?

En Portugal, una ley que se votó el 27 de diciembre, condena el acoso callejero – la pena puede ir hasta 3 años de prisión. Esta sanción severa, ha motivado un vivo debate en el país.

SI: Una evolución indispensable para la sociedad

  • Diario Expreso (extractos) Lisboa. Por: Paula Cosme Pinto. Publicado el 29.12.2015

"Me parece que pocas personas se sentirían ofendidas o amenazadas en su libertad individual si un pasante lo aborda diciendo que es una persona bella y seductora. Lo que busca la modificación del artículo 170 (del Código Penal) no es el comentario galante sino el acoso sexual. Me refiero a aquellas frases banales y groseras como “te voy a tirar” que son una forma de acoso. Y por favor, no se escuden bajo la excusa de la libertad de expresión – ya la vi suficientemente en las redes sociales - simplemente porque es ridículo.

Dedico gran parte de mi tiempo a escribir sobre situaciones que generan malestar en las mujeres, y sobre todo la manera como el acoso sexual es banalizado. En respuesta, escucho muy seguido la frase “¿acaso no hay cosas más importantes en este mundo?” Claro que sí. Pero ese tipo de comportamiento abusivo o debe ser subestimado.

Reflexione un poco: si se tratara de tu hija de 13 años que escuche de la boca de un hombre adulto “cómo me gustaría tirarte”, ¿creerías que no debe ser castigado? Si se tratara de tu madre, novia o amiga que caminen por la calle y que escuchen “tienes una boca como para que me la chupe”, ¿seguiría creyendo que no merece una atención de parte de las autoridades? Y si, en el trabajo, su jefe hubiera tocado las nalgas de una de ellas o les insinuaría una promoción a cambio de una noche, ¿cómo se sentiría? Todas esas cosas suceden. Cada día, muy seguido y sobre todo en una edad donde la mujer aún no es adulta, o a una edad donde una niña ha madurado lo suficiente como para entender lo que le están diciendo. Escuchar desde tan joven este tipo de comentarios compromete, a largo plazo, su empoderamiento y participación en el espacio público. Ese tipo de comentarios, amenazan nuestra libertad individual, comprometen nuestra capacidad estar seguras de nosotras mismas, y cambia definitivamente nuestro comportamiento con los hombres.

Desde el anuncio de la modificación de la ley, tuve que escuchar frases como “otra vez, estas feministas histéricas” La ley es clara: ella no se refiere exclusivamente al sexo femenino (basta con leer el artículo 170) ella se refiere explícitamente a la víctima como “una persona”. Mujeres, hombres, niños.

Además, no se trata de desvalorizar el acoso sexual del que tantos hombres y niños sufren. Recuerde, por ejemplo, el caso del niño estrella del programa Masterchef Junior en Brasil. Durante la emisión, un miembro del jurado, mujer y adulta, dijo que el niño de 13 años estaba “guapísimo” y que ella “se lo tiraría si pudiera”. Esto no puede ser tomado a la ligera. Es por esto que la nueva ley portuguesa es mucho más severa cuando las víctimas son menores.

Es cierto que, a priori, debemos todos estar de acuerdo en ese punto. Es mucho menos claro cuando nos referimos a adultos. Poco importa si implica hombres o mujeres, la idea de que “mi libertad sexual se detiene donde comienza la de los otros” debe ser una regla absoluta que maneje nuestras vidas. Esto incluye el acoso sexual. Incluso, si esta nueva ley depende mucho de la interpretación de los jueces – esperemos que sea más clara en los días venideros -; la ley marca una evolución por una sociedad que debe entender cuáles son las fronteras que no pueden ser pasadas”."

NON: Esta ley no cambiará para nada el machismo reinante

  • Diario Jornal de Noticias, Porto. Por: Inês Cardoso. Publicado el 04.01.2016

"De pronto, es como si solo dos tipos de personas existieran en este país. De un lado, los iluminados por los que cada comentario del tipo “qué rica estas” debería merecer una pena de prisión. Por otro lado, los trogloditas machistas que consideran que benefician de un derecho natural a violar el espacio privado de las mujeres, molestándolas con frases inoportunas.

Así se ridiculizaron mutualmente los defensores y negadores de la ley del ‘piropo’ en un debate lleno de ambigüedades y de simplificaciones.

Como mujer, confieso, no creo que la defensa de mis derechos y la igualdad de género se verá reforzada por la modificación del artículo 170 del Código penal portugués, salvo de manera muy marginal.

Ante todo, hay que explicar que el piropo es una frase que manifiesta apreciación del físico de una persona, de modo que no se ve así dentro del marco de la ley. El artículo relativo a la inoportunidad sexual castigará las proposiciones de carácter sexual. Solo una interpretación vasta de la ley permitiría su aplicación a todos los ‘piropos’ como lo indicó Clara Sottomayor, consejera de la Corte Suprema.

Sin embargo, la ley podría facilitar la criminalización de personas que continuamente faltan con este tipo de comportamiento. Pero, la ley anterior consideraba penas para los que cometiesen actos exhibicionistas o tocamientos de carácter sexual. Como ya se podía presentar una denuncia, el marco legislativo o era el verdadero problema.

Se dice que la preocupación relativa al piropo enfoca sobretodo la protección de los menores, particularmente vulnerables, obligados a soportar comentarios ofensivos. Pero ¿cómo imaginar que una adolescente que camina sola en la calle y que escucha una frase sexista y violenta pueda detenerse a enfrentar a su agresor, llamar a la policía e identificar formalmente al abusador para una investigación policial? Tengo mis dudas referentes a su efectividad.

Las cosas deben cambiar, es innegable. Las mujeres deben dejar de ser vistas como objetos, en la calle, en la publicidad, en el trabajo o simplemente cuando quieren vestirse con un escote.

Es urgente que el piropo, como tantos otros comportamientos sexistas, desaparezcan de una vez y que los hombres entiendan que no es su rol, dominar y poseer a las mujeres.

Es en este sentimiento de posesión que nacen los comportamientos peligrosos y de violencia de género. Pero para esto, ya existe una legislación abundante."

Artículo original publicado en francés por Courrier International. No 1315 - 14 al 20 de Enero

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