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El proceso del maltrato doméstico


El maltrato va envuelto en una trampa cíclica y va en aumento con el paso del tiempo. Atrapa a sus víctimas porque caen en ella sin darse cuenta, empieza débilmente y se va haciendo fuerte y agresivo con el paso del tiempo. Es difícil salir de él por qué sus actores quieren creer en el cambio. Estas son sus fases.

  • Incubación y tensión: El maltratador comienza a encontrar motivos para estar a disgusto. Se siente de mal humor y tenso. Los problemas no tienen que pasar necesariamente en el hogar, muchas veces la tensión se produce en el trabajo donde no puede reaccionar por lo que la traslada a su casa.

  • Explosión: Toda la tensión acumulada salta de forma violenta. Dependiendo de la etapa en que se encuentre en la relación con su víctima esta irá de menos a más.

  • Arrepentimiento: El agresor es consciente de que se excedió en su reacción, además se da cuenta que la consecuencia de su explosión es que una o varias personas de su familia están heridas, enojadas y afectivamente distantes. Intentan recuperar el afecto familiar prometiendo cambiar y mostrando arrepentimiento.

  • Luna de miel: La calma ha vuelto todos y en especial el maltratador intentan olvidar lo ocurrido siendo especialmente cariñosos, detallistas y comprensivos. Durante una corta temporada todo marcha bien hasta que algo sucede y se vuelve a la etapa de incubación.

Es el proceso del maltrato lo que confunde e infunde esperanza a las víctimas. En la etapa del arrepentimiento los maltratadores son tan sinceros y tan dulces en la luna de miel que quien pasa por esto termina confundiéndose. Con el tiempo las etapas de incubación y explosión son cada vez más intensas y largas y más cortas las de arrepentimiento y luna de miel.

La víctima

Nadie está libre de sufrir un episodio violento en el seno de su hogar. Cuando miramos las cifras de mujeres maltratadas solemos pensar ¿por qué se quedan? Cuando una víctima se da cuenta que eso que está viviendo día a día es violencia ya ha estado expuesta a ella por mucho tiempo y la ha estado justificando. Considerando los actos violentos como hechos aislados, debido a que tras la explosión violenta llegan el pedido de perdón y los juramentos de que nunca más ocurrirán. Esto es algo que se repite como el día y la noche, a lo que se suma la esperanza de que las promesas de cambio se hagan realidad. Así mismo el maltrato suele ir de menos a más, aumentando paulatinamente. Un marido que grita ante un contratiempo o un adolescente que insulta violentamente por primera vez están franqueando una puerta invisible. Pero, aunque a todos nos puede pasar caer algún día en un episodio violento, lo cierto es que hay personas más expuestas que otras a desarrollar y establecer relaciones violentas, veamos sus características:

  • Un gran porcentaje de víctimas fueron o han sido testigos de formas de maltrato cuando eran pequeños por lo que han estado expuestos a conductas violentas.

  • Muchas víctimas han crecido asumiendo más responsabilidades de las que les correspondía, son personas que ponen el bienestar del otro en primer lugar.

  • El otro extremo lo encontramos en personas que han recibido una educación sobreprotectora, educadas para depender y obedecer. Son personas que han aprendido a someterse a la voluntad de una figura autoritaria y punitiva, para evitar los conflictos asumen un rol pasivo y de sumisión en sus relaciones.

  • Piensan que el amor es sacrificio y lo dan todo por sus seres queridos.

  • Necesitan aprobación constante debido a su baja autoestima.

  • Tienen baja autoestima y no se valoran como personas.

  • Piensan que la sumisión y la obediencia a la figura autoritaria y violenta es la única solución que les queda.

  • No toleran la idea de fracaso y tienen una visión irreal de su realidad. Se auto engañan convirtiendo a su maltratador como un ideal de persona y se culpabilizan a si mismas de provocar las conductas del otro.

  • Se sienten inferiores física y psicológicamente.

  • Suelen esconder los episodios de agresión, se sienten solas y piensan que nadie las puede ayudar.

  • Pasa por sentimientos ambivalentes de amor y odio hacia el agresor.

  • Sobre valora el rol que ocupa el agresor dentro de la familia.

  • Las víctimas suelen presentar problemas de salud recurrentes, estrés, agotamiento, etc.

  • Alto riesgo de padecer de alguna adicción

  • Tienden a caer en redes de violencia donde todas sus relaciones están marcadas por el maltrato.

El Maltratador

En la esfera doméstica, se considera maltratador a aquella persona que realiza actos violentos en contra de su pareja, padres o hijos u otro familiar dentro del hogar. El mismo puede ser hombre o mujer. Las formas de maltrato son variadas y las características de quienes la ejercen son heterogéneas, por ello no hay un tipo único de maltratador.

Pero la mayor parte de ellos son autoritarios y les gusta ser obedecidos sin que les discutan, Piensan que siempre tienen la razón. Deciden por los otros lo que deben decir y hasta pensar. Piensan que siempre tienen la razón. Solucionan sus problemas gritando, insultando o burlándose, piensan que los demás solo quieren molestarlo y que no lo comprenden. Son celosos hasta de los amigos y familia y encuentran argumentos que justifiquen el aislar a su víctima y a otros miembros de la familia. Juzgan y critican constantemente. En definitiva carecen de habilidades para manejar sus emociones y para relacionarse con empatía, lo que les impide conectar con el otro.

Según las conclusiones de la X reunión de la Sociedad Española de Psiquiatría Forense al “70% de los hombres que maltratan a sus parejas no se les puede considerar enfermos. Sólo entre el 20 y el 30% tiene una enfermedad mental”.

En los maltratadores encontramos diferencias culturales, sociales, religiosas y económicas. Sin embargo si es posible detectar algunos factores comunes que se encuentran en muchos de ellos:

  • Violencia en la familia de origen.

  • Consumo de alcohol o drogas o los dos.

  • Trastornos emocionales (depresión, ansiedad, ira, celos…)

  • Problemas de comunicación y habilidades sociales.

  • Prejuicios cognitivos, estereotipos de género, cultura, económicos…)

  • Baja autoestima e inseguridad.

  • Aislamiento emocional y social.

Es importante resaltar que muchas personas padecen los puntos arriba indicados y no por ello son maltratadores, tampoco estos rasgos explican por sí solos que una persona utilice la violencia como vía de escape a sus problemas.

 

La violencia intrafamiliar produce más víctimas que muchas pandemias mundiales juntas, los costos para la sociedad son altísimos y si aceptamos que cada familia es parte de un sistema, este es un problema que nos concierne a todos.

Aunque escasos, hoy en día podemos encontrar programas preventivos eficaces que prestan apoyo a toda la familia, brindándoles técnicas de manejo de las emociones y enseñándoles a expresar sus sentimientos y a solucionar sus problemas de manera positiva. Ofreciendo a cada comunidad recursos para el cambio desde un enfoque multisectorial que comprenda la prevención es posible prevenir el maltrato antes de que se produzca. Así mismo la atención continua por parte de las autoridades competentes a los niños y a las familias puede reducir el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias.

En los Datos sobre la prevención de la violencia, La OMS sostiene que: “La violencia es prevenible y se puede reducir su impacto. Las estrategias prometedoras o de eficacia demostrada para prevenir la violencia van dirigidas a las causas subyacentes, como el bajo nivel educativo, la concentración de la pobreza, el desempleo y las normas sociales que respaldan la violencia”. Dice también que: “Las sociedades pueden prevenir la violencia reduciendo factores de riesgo como el alcohol, las armas de fuego y las desigualdades de género”.

Se de crear un trabajo conjunto del Estado, ministerio de educación, ministerio de salud y servicios sociales, ministerio de justicia y organizaciones de base de cada país para erradicar toda forma de maltrato en el hogar, para ello es importante tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Investigaciones que abarquen a todos los tipos de familia actual y a todos sus miembros donde se detecten los conflictos y se plantee soluciones medibles a corto, medio y largo plazo.

  • Poner en marcha programas escolares de prevención

  • Mayor protección jurídica para todas las víctimas de maltrato, incluyendo a los varones, ancianas y ancianos, y las parejas homosexuales de ambos sexos.

  • Incluir en la penalización del maltratador terapias de reeducación emocional. Aprendizaje de nuevas pautas de comunicación y de control del estrés entre otros.

  • Verificar que los dispositivos de atención y protección que se brinda a la mujer maltratada se haga efectiva y que la misma se amplíe a otros miembros de la familia como padres, madres, esposos o parejas homosexuales.

  • Campañas de promoción para visibilizar el maltrato.

  • Campañas de promoción en positivo brindando pautas de cambio.

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