top of page

Hanan Al Hroub: “Jugamos y aprendemos”


La palestina Hanan Al Hroub nació en el campo de refugiados de Dheisheh, en Belén. Este campo de refugiados alberga a cerca de 15,000 personas que viven en espacios sumamente reducidos que dejan poca oportunidad para soñar… o simplemente para vivir. Esta maestra de primaria de un colegio de la ciudad de al-Birch, en la Ribera Occidental a la afueras de Ramala, acaba de ser galardonada con el Global Teacher Prize de la Fundación Varkey, entregado en la clausura del IV Encuentro Mundial de la Educación, celebrado en marzo en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.

Hanan cursó sus años de primaria en un colegio para niñas promovida por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, donde con frecuencia fue testigo y vivió situaciones de violencia. Ya de adulta, pasó por la experiencia de ver a sus propios hijos traumatizados por un tiroteo que presenciaron cuando regresaban a casa luego del colegio. Fue ahí que entró en la enseñanza, con el objetivo de ayudar a los niños que crecen en circunstancias similares de violencia, pues requieren un manejo especial en el colegio.

Los salones de clase de la región pueden ser ambientes llenos de tensión. Hanan ha adoptado el lema ‘No a la violencia’. Además, ha puesto en práctica su sistema de “Jugamos y aprendemos”, desarrollado y explicado en su libro llamado así. Su objetivo es desarrollar relaciones de confianza, respeto, honestas y cariñosas con sus alumnos y da especial énfasis a la alfabetización. Exhorta a sus alumnos a trabajar juntos, presta especial atención a las necesidades individuales y recompensa el comportamiento positivo. Así, ha logrado que disminuya el comportamiento violento en colegios donde es bastante común. Ha servido de inspiración para que sus colegas revisen su método de enseñanza, así sus estrategias de gestión y sanciones dentro de su salón.

A través de un mensaje en video, fue el papa Francisco el que anunció que Hanan, había resultado la ganadora del premio. A su vez, el príncipe Guillermo hizo llegar sus felicitaciones.

El premio incluye una bonificación anual de cien mil dólares estadounidenses durante diez años. Al recibir el premio, Hanan expresó su deseo de invertir el dinero recibido en ayudar a desarrollar académica y profesionalmente a los profesores y estudiantes de todo el mundo.

"Me siento maravillosa y hasta ahora no puedo creer que el papa dijera mi nombre", dijo Hanan a un medio noticioso. "Que una maestra palestina árabe le hable hoy al mundo y que llegue al punto más alto de la enseñanza puede ser un ejemplo para otros maestros del mundo".

Dijo también: “me siento orgullosa de que sea una maestra palestina la que esté parada en este estrado”.

Nota: partes de este texto son una traducción tomada de la Global Teacher Prize.

bottom of page