Jaqueline Sauvage es una mujer francesa de 66 años condenada a 10 años de cárcel luego de haber matado a su esposo de tres disparos, luego de que este la golpeara nuevamente.
Una historia de violencia y abusos que duró 37 años, una persona violenta, incontrolable según sus propias hijas, a quienes también martirizo y violó durante años.
El único hijo varón de la familia, también victima constate de las golpizas de su padre, termino suicidándose un día antes de que ocurriera el asesinato de su padre.
Y entonces llama la atención el hecho de que nunca, ningún miembro de la familia pusiera una denuncia antes las autoridades respectivas, durante el proceso se les se hizo esta pregunta varias veces a las hijas. ¿Por qué nunca ninguna puso una denuncia?
La respuesta de las tres es simple, por vergüenza y por miedo a represalias.
Este hombre causaba tal terror no solo entre su familia sino también entre sus empleados, vecinos y relaciones, que nunca nadie se atrevió a denunciar los abusos que sufrían esta mujer y sus hijos.
Mientras la sociedad siga estigmatizando y callando la violencia intrafamiliar, muchas personas sufrirán los abusos en silencio, por vergüenza. Pero peor aún, lo más impactante de las declaraciones de todos los testigos es el miedo a las represalias, el miedo de que aún denunciando la violencia, este pudiera volver a casa y desquitarse con su familia o vecinos.
Quizás esto se deba a lo poco que hace el estado para que se tomen en serio este tipo de denuncias, los pocos recursos que este invierte para poder proteger a las víctimas de violencia intrafamiliar. Una vez una denuncia presentada, y mientras se hacen las investigaciones, se debería de poder garantizar la seguridad de quienes pusieron la denuncia y de las personas que son víctimas. Y si le hecho es confirmado, se debería de redoblar en esfuerzos para que las personas sepan que su calvario ha terminado y que la justicia se hará cargo.
Jacqueline Sauvage fue agraciada parcialmente por el Presidente de Francia, François Hollande, sin embargo las diferentes apelaciones que los abogados han presentado han sido rechazadas, ya que esta fue condenada por homicidio no premeditado.
El procurador alega que este no es un caso de defensa propia, pues la Sra. Sauvage le disparó a su marido por detrás. Recalcando el hecho de que esta nunca presentó ninguna denuncia en contra de su esposo.
Está de más decir que no estoy a favor de hacer justicia a mano propia, sin embargo las circunstancias de este caso son particulares, años y años de malos tratos, de golpes e insultos hasta que ella ya no pudo más y decidió terminar con esta de una vez por todas.
El caso de Jacqueline Sauvage, basándonos en lo que sabemos gracias a los diferentes medios de comunicación, nos demuestra que una persona puede llegar aterrorizar tanto sus víctimas al punto que estas no sepan cómo defenderse. Pero más aún, pueden llegar a crear tanto miedo en su entorno, que estos tampoco serán capaces de defender a las víctimas.
Esta historia, que nos provoca escalofríos, nos demuestra una vez más, lo desamparadas que están miles de víctimas de violencia intrafamiliar, y quizás lo más triste de todo, es que esto es un problema mundial.
Más información sobre el caso de Jacqueline Sauvage (en francés) en los siguientes links: