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Ni una menos: ¿ Hay diversidad en el movimiento?

“En nuestro trabajo y en nuestra vida, debemos reconocer que la diferencia es un motivo de celebración y de crecimiento, en lugar de una razón para la destrucción.”

(Audrey Lorde)

El 13 de Agosto, del 2015 yo también me uní a la marcha Ni Una Menos. Lo hice desde Bruselas capital de Europa en Bélgica país que actualmente alberga al menos unos 5000 peruanos de los cuales al menos un 60% son mujeres ( Martiniello et al. 2013 ). Mujeres que vienen de distintitas esferas sociales, étnicas y generacionales. Mujeres han migrado por razones económicas, sociales y políticas y que tienen distintas posicionalidades tanto en sus países como en Bélgica. El día de la marcha las vi llegar, unirse, hablarse, discutir y realizar una acción que muy probablemente tendrá una repercusión en las acciones que se dieron en la capital peruana el mismo día.

Varios incidentes de violencia sacudieron al Perú, país natal de estas mujeres. Los hechos de violencia perpetuados contra una joven por parte de su pareja desencadenaron en manifestaciones que se unieron a las de otros países en la región de América Latina. Como rara vez en la historia latino americana hay mujeres de todos los niveles sociales, de todas las pertenencias étnicas que se unen en una lucha contra una violencia que aunque parezca reciente no lo es.

La diversidad del movimiento Ni Una menos, de cierto modo es positiva. Sin embargo, en la diversidad también en ocasiones se pierden detalles que son importantes. Lo que me parece peligroso es la universalización de la categoría “mujeres”. Puede parecer provocador el argumento, pero no lo es. En verdad es un argumento que fue utilizado por las feministas de color en Estados Unidos y por las feministas Lesbianas en Alemania (Lutz et al. 2011). Lo trajeron a la mesa de discusión para discutir un feminismo que obviaba su realidades. Si bien es cierto que todas las personas del sexo femenino hemos sufrido de alguna manera u otra la violencia perpetuada hacia nuestro género no todas hemos sufrido de la misma forma ni con la misma intensidad. Algunas hemos sido históricamente el blanco de una discriminación que está ligada a nuestro género pero también a nuestra condición étnico-racial en un continente en donde el fantasma colonial sigue estando muy presente. Es decir no es lo mismo el sufrimiento de una mujer indígena descendiente que ha tenido que hacer frente históricamente al machismo, al racismo y a la pobreza; que el sufrimiento de una mujer de otro estatuto social y étnico.

Por poner un ejemplo de esta violencia interseccional podemos tomar el caso de las esterilizaciones forzadas. En el Perú las esterilizaciones masivas tuvieron un publico en particular y este fueron las mujeres indígenas. Son hechos que nos demuestran que la violencia hacia la mujer en el continente van más allá del hecho de pertenecer a un genero o al otro. La pobreza, el racismo y el machismo pueden ser cocteles detonantes de una violencia simbólica y física que ha sido perpetuada desde la época colonial. Siento que el movimiento tiene mucho que perder sino reconoce estas diferencias y sino se entabla un dialogo en torno a estas diferencias. Al decir esto sin embargo no estoy queriendo romper las bases del movimiento sino simplemente cuestionarlas para enriquecerlas. Me atrevería a decir que la lucha es realmente una lucha contra la discriminación de género que en ocasiones está ligada a otro tipo de discriminaciones. Desde luego denunciar la violencia como simplemente un hecho ligado al género es perder elementos esenciales en la lucha.

Dicho esto sé que las mujeres del movimiento en Bélgica se han reunido para darnos un feedback de la movilización y pienso que sería pertinente hablar al respecto y preguntarnos: ¿Quiénes somos Las Mujeres que pertenecemos al movimiento? ¿Qué tipos de violencia hemos experimentado y en que corresponden a una violencia de género, de etnicidad, de generación o hasta de identidad sexual? Yo sé bien que a los latino americanos nos gusta en ocasiones obviar estas preguntas porque a ciegas creemos que nuestras sociedades son un mestizaje perfecto, hecho a la medida y sin daños colaterales. Sin embargo, la realidad como muchas lo sabemos es otra… Hacerlo nos permitirá avanzar en nuestras reflexiones comunes y centrar los esfuerzos para combatir la violencia.

Referencias

- Lutz, H, Herrera-Vivar M.T, Supik, L. (2011). Framing Intersectionality: An Introduction. in Framing Intersectionality. Debates on a Multi-Faceted Concept in Gender Studies, eds. Lutz, H, Herrera-Vivar, M.T, Supik, L. England- USA: Ashgate Publishing Limited- Company.

- Martiniello, M., Mazzocchetti, J., & Rea, A. (2013). Éditorial: Les nouveaux enjeux des migrations en Belgique. Revue européenne des migrations internationales, 29(2), 7-14.

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