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Chicas Nuevas en 24 horas


América Latina registra más de dos millones de mujeres, niñas y adolescentes víctimas de trata de personas, la parte más afectada es América del Sur. España, es el principal receptor de las víctimas.

“Chicas Nuevas 24 Horas” de Mabel Lozano, recientemente presentado en Bruselas gracias al European Women's Lobby nos conducen a esta cruel realidad. La mayoría de casos se inician con el engaño de trabajos inexistentes y terminan en secuestros. Las víctimas viven en permanente amenaza contra su propia seguridad o la de sus familiares si abandonan la red.

El documental de Mabel Lozano nos lleva a cinco países (España, Argentina, Colombia, Paraguay y Perú) con declaraciones de expertos del tema y las narraciones de las propias víctimas. "Este negocio genera cada año unos 32.000 millones de euros, solo superado por el narcotráfico y el contrabando de armas", explica Mabel Lozano, que detalla: "Los clubs de alterne las encargan y mandan dinero a las redes". Sabe de lo que habla, pues lleva ya una década dedicada a investigar este tema "Es un abuso y una explotación que nunca habían resultado tan baratos y que incentivamos con la demanda en países como España", afirma.

La trata de personas implica múltiples delitos contra los derechos humanos de las mujeres a través de la compra-venta, extorsión y explotación sexual, su sometimiento a ínfimas condiciones de vida, malnutrición, asistencia sanitaria nula o clandestina, constante miedo físico y psíquico. A ello deben agregarse abortos forzados e incluso muertes anónimas e impunes a manos de mafias. Este tráfico de personas suele ir acompañado de enormes movimientos de dinero no declarado, de tráfico de drogas y de armas.

Las mujeres víctimas del tráfico son socialmente rechazadas pero masivamente utilizadas; “invisibles” debido a la clandestinidad que las rodea; absolutamente indefensas, desprotegidas, y extorsionadas en todos los aspectos y hasta puntos difícilmente soportables. La experiencia indica que, en la mayoría de los casos, los explotadores y sus cómplices no son alcanzados por el sistema de justicia.

En casos en que el trata las llevó fuera de sus países, son varios los casos de mujeres traficadas que fueron consideradas como inmigrantes ilegales, y esa calificación termina en acciones de repatriación o prisión. Muchas de esas mujeres cayeron víctimas del tráfico precisamente porque estaban escapando de situaciones de miseria o de otros peligros para su vida o integridad física. Devolverlas a su lugar de partida significa ignorar la existencia de esos riesgos, desentenderse de la problemática de la víctima y enviarla a un destino del que estaba escapando y detenerla como si fuera criminal agrega una nueva forma de victimización a la que ya estaba sufriendo. Además, habría que revisar la legislación migratoria y cuestionar palabras como “ilegales” cuando están referidas a las personas.

Tal cual como en los casos de violencia sexual, en el caso de las víctimas de trata, el proceso de investigación se desvía del acusado a la víctima y se focaliza en la conducta de esta última, sus antecedentes personales y sobre todo en lo relativo a su vida sexual, existiendo un proceso similar de transferencia de responsabilidades. Esto adquiere perfiles de discriminación sexual masiva si tomamos en cuenta que la mayoría de las personas traficadas son mujeres y niñas, penalizando a las mujeres víctima. De un lado las víctimas de trata son sustituibles por sus esclavizadores, de otro lado son invisibles o penalizadas del lado de la justicia.

Los responsables del crimen de trata de mujeres son los que se llevan las ganancias del negocio, de acuerdo con la Interpol, un proxeneta gana 110 000 euros anuales por cada mujer prostituída.

Según recientes datos de la UE, el 62% de la trata en la UE está relacionado con la explotación sexual. Se estima que los beneficios obtenidos a través de la trata por explotación sexual alcanzan la cifra de 27. 800 millones de dólares.

Se han identificado organizaciones mafiosas en varios países dedicadas al tráfico con fines de explotación sexual. Los gobiernos continúan en un plano inercial, con ausencia de políticas firmes y concretas para prevenir y combatir a los traficantes. La mayoría de los países no ha ratificado el Protocolo Opcional para la Trata de Personas. Pero incluso los que lo han firmado no han provisto todavía a sus mecanismos nacionales de leyes adecuadas que permitan investigar, procesar y sancionar estos delitos, proteger a las y los testigos y buscar reparaciones para las víctimas. Mientras tanto, las víctimas continúan reemplazables, siempre habrá chicas nuevas en 24 horas, para engrosar las mafias de trata.

Para mayor información sobre el Proyecto Chicas Nuevas, 24 Horas, click en su web.

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