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¿A qué se parece una feminista?


Hace poco leyendo un artículo en el sitio web Jezebel, que me mandaron mis colegas, intitulado “Las Feministas no siempre son feas, pero hacen terribles novias, dice Phyllis Schlafly”

Mis ojos rolaron hasta atrás, ya saben, cuando alguien dice alguna tontería.

Aunque al principio pensé en no leerlo, pues sabía que no me iba a gustar el contenido, he aprendido con el tiempo, a que no se gana la batalla sin bien conocer a nuestros “enemigos”.

El artículo es un resumen sobre un discurso que hizo la Sra. Schlafly, sobre los “peligros” de tener una novia feminista. Y que si bien no son todas feas, son las peores novias. “Las feministas y todo por lo que luchan es malo, malo hasta los huesos”.

Mientras leía el texto una frase salió a relucir: ¿Cómo saber si tu novia es o no es una feminista?

Mi cerebro se puso a trabajar a mil por hora pensando en todas mis amigas feministas y por supuesto en mí. Sera que todas tenemos un tipo específico, una especie de etiqueta en la frente que dice: FEMINISTA.

A mi mente viene el recuerdo de haber escuchado por allí varias veces el hecho de que las feministas son, resentidas, frustradas sexualmente, feas, solteras, “masculinas”…

Quizás lo que a las personas les da miedo en general son las otras personas (ya sea hombres o mujeres) que tienen una opinión, una personalidad y que se rehúsan a callar ante las injusticias o simplemente que dicen lo que piensan.

Y que una mujer diga lo que piensa, lo que quiere o desea, es un concepto relativamente nuevo en nuestra sociedad. Esta sociedad que quiere que seamos delicadas en indefensas, princesas perdidas en el medio del bosque.

Ser feminista es tener la creencia de que podemos cambiar el mundo de una forma en que sea más igualitario para ambos géneros así como construir un nuevo modelo cultural que sea más incluyente hacia todos.

Si usted lo que busca es seguir viviendo en los años cincuenta, perpetuando los estereotipos de género, entonces definitivamente no debe de salir con una o un feminista.

Y créame, una persona feminista, nunca pensara tampoco que usted sea una buena pareja.

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