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Embarazos no deseados


Hace poco me entere de que estaba embarazada, un embarazo no planeado, pero a mis 32 años con seis años de casada, y con un esposo más que ilusionado con nuestro bebe sorpresa, no puedo decir que mi embarazo cayera en mal. Nunca soñé con ser madre biológica, siempre quise (y sigo queriendo) adoptar, pero estoy feliz y acepto esta nueva aventura porque sé que tengo las condiciones para hacerlo.

Sin embargo, me doy cuenta de que el embarazo, físicamente, es sumamente duro, tu cuerpo cambia, tienes que dejar de comer muchas cosas que quizás te gusten, cansancio, nauseas, dolores. En si no puedo decir que el embarazo como fenómeno físico sea felicidad. Lo que lo hace un evento feliz son las causas externas, el estar con una pareja que te apoye, así como el apoyo de tu familia y amigos.

Hace poco en Guatemala salió la triste noticia sobre Mariela Vázquez de 15 años que se suicidó porque estaba embarazada y no quería ser madre. Nunca sabremos si Mariela fue violada, o fue un error de juventud. Lo que si se es que de escasos recursos y sin ninguna solución, prefirió quitarse la vida.

¿Cómo podemos pedirle a mujeres que no lo desean de seguir un embarazo?, ¿cómo podemos creer que obligarlas a pasar por 9 meses físicamente y psicológicamente agotadores por un bebe al que no desean.?

Guatemala es el tercer país de Latinoamérica con mayor tasa de fecundidad en adolecentes y solo en los primeros tres meses del 2016 se reportaron seis embarazos en niñas menores de 14 años cada día en el país. Es triste pensar de qué temas tan importantes como la educación sexual, acceso a anticonceptivos, a la píldora de emergencia y la necesidad de legalizar el aborto sigan siendo temas de poco interés.

El aborto no es algo banal, no se puede tomarlo a la ligera, ¿pero es que realmente era necesario que Mariela se matara?, cuando un aborto bien realizado y con un mínimo seguimiento psicológico (no quiero soñar tanto en un país como el mío tercermundista). Quizás ella seguirá con vida…

Uno de mis primeros recuerdos sobre el tema del aborto fue cuando estaba en sexto primaria, tenía aproximadamente 11/12 años, y una maestra de español, nos había leído una historia sobre un feto que hablaba desde el vientre de su madre su desarrollo hasta el momento que en que algo pasa y lo están destruyendo... la mujer se está realizándose un aborto. Recuerdo aún mi indignación del porque esta maestra nos estuviera leyendo una historia y el típico comentario de: podría haber sido el que curara el cáncer o alguna otra enfermedad.

Nunca nadie me había hablado sobre el aborto aún, y sin embargo me molestó mucho que la maestra juzgara a las mujeres que decidían abortar. Me parecía tan injusto imponerle a alguien a pasar por algo tan fuerte sin desearlo. Y quizás lo que más me molesto fue el que nos tratara de imponer una forma de pensar sin darnos las dos versiones de la situación, ni todos los hechos.

Mientras sigamos manteniendo esta actitud, juzgadora, sobre un tema tan importante, nuestras jóvenes seguirán pagando las consecuencias, y muchos niños seguirán naciendo sin ser deseados y ellos también pagaran las consecuencias.

Así como no se puede forzar a un hombre a hacerse moralmente responsable de un hijo, no debería de forzarse a la mujer por el simple hecho de que biológicamente es apta para dar la vida. Si la relación fue consentida, el descuido, fue de ambos, y ambos deberían de poder reparar su descuido de la misma manera que es desligándose de la situación para poder seguir con sus vidas.

Estoy convencida que hasta que Guatemala no tome en serio los temas reproductivos y legalice el aborto, una gran parte de nuestros problemas de pobreza y desnutrición seguirán.

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