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Nosotras somos el muro

“La paz es mucho más que una toma de postura, es una auténtica revolución, un modo de vivir, un modo de habitar el planeta, un modo de ser persona”

María Zambrano

Foto: @AnSANTAMARIA

El pasado sábado 21 de enero, el presidente electo de Estados Unidos fue recibido en su primer día de mandato con una protesta masiva que tuvo lugar en aproximadas 300 ciudades dentro y fuera de Estados Unidos, entre ellas, Washington, Utha, Chicago, Los Ángeles, Puerto Rico, Japón, Australia, Kenia, Colombia y México.

Por primera vez en la historia de ese país, como nos comparte Lucía Melgar[1], se organizó una marcha en respuesta a la toma de posesión de un nuevo presidente para hacer frente a sus declaraciones misóginas, racistas y discriminatorias contra las mujeres y las minorías, quienes ahora buscan hacer frente a las políticas regresivas que puedan poner en riego la garantía de sus derechos, pero también la garantía de los derechos de todas y de todos.

A través del hashtag #WomensMarch, en su cuenta de Facebook y en su página de internet, las organizadoras movilizaron 5 millones alrededor del mundo y más de 1 millón de personas en Washington D.C. , de las cuales 250.000 se habían registrado en las redes sociales para tomar las calles desde el principio de la noviolencia, el cual permite “analizar las condiciones, las políticas y las prácticas fundamentales del conflicto en lugar de reaccionar a sus oponentes o a sus personalidades”[2] desde una postura ética-política social y económica de emancipación y justicia para reducir el sufrimiento humano, es decir, desde una postura que deslegitima la violencia tanto como doctrina, como práctica política, y que va más allá de los nombres propios de las personas que se encuentren en los puestos de toma de decisión.

Aunque sólo el 54 % de mujeres votantes apoyaron la candidatura de Clinton, lo cual representó un porcentaje menor al esperado, con pancartas y consignas como “nosotras somos el muro” o “bienvenidas y bienvenidos a la resistencia”, tanto las organizadoras de esta primer marcha masiva del año, como quienes asistieron y las múltiples oradoras recordaron que defender los derechos de las y los más marginados es defendernos a todas, y que la democracia se puede reconocer cuando la diversidad es visible, palpable. Entre las oradoras destacaron activistas, académicas, artistas y feministas reconocidas por sus loables luchas a favor de los derechos de las mujeres en su más amplia diversidad, así como por sus incansable trabajo para contrarrestar la discriminación y violencia en Estados Unidos. Entre ellas estuvo Sofía Cruz, una niña de seis años de edad cuyos padres, originarios de Oaxaca, no tienen papeles. Sofía hizo un llamado a las niñas y a los niños para no tener miedo y recordarles que no se encuentran solos ni solas: “estamos aquí para hacer una valla de amor que proteja a nuestras familias”, expresó en inglés y en español ante una multitud conmovida por ser la más joven en el metting.

Si la primera movilización sin fronteras de este 2017 fue liderada por mujeres diversas en edades, identidades y experiencias de vida como nos lo muestra #WomensMarch[3] para defender los derechos civiles, reproductivos, de la comunidad LGBTTIQ, de las y los trabajadores, de las y los inmigrantes y por una justicia ambiental, es porque el movimiento amplio de mujeres reconoce dónde estamos, cómo nos vemos a nosotras mismas y, sobre todo, qué papel creemos que nos toca en este contexto adverso. Esperamos que el conjunto de la sociedad pueda también reconocerlo.

[1] Ver: http://eleconomista.com.mx/entretenimiento/2017/01/16/mujeres-marcha-i

[2] Ver: https://www.womensmarch.com

[3] WomensMarch es un grupo diverso de mujeres jóvenes residentes en Estados Unidos que cuenta con un consejo asesor que busca ser representativo de los movimientos de mujeres, entre las que se encuentran las activistas y feministas Angela Davis, Dolores Huerta, Gloria Steinem, Harry Belafonte y Lodanna Harris.

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