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"Estoy en contra de la liberación femenina"

Quizás ya lo mencioné antes, recuerdo exactamente la fecha en que me volví feminista. Corrección: recuerdo la fecha en que me declaré abiertamente feminista - que siempre lo fuí -. Fue el 22 de noviembre del 2009, a las 02:31 de la tarde, en Francia. Mi hija Léa nació, y me prometí que pondría todo de mi parte para darle un mundo mejor, ya saben, la típica promesa de cada madre o padre, aunque agregué algo "te prometo, que no pasarás por todo lo que las mujeres en nuestra familia pasaron".

Por más que suene trágico, mi historia familiar no es muy diferente a la de la mayoría de latinoamericanas. Si bien en casa se respiró paz - en lo que violencia doméstica se refiere -, no era ningún secreto que la mayoría de mis familiares mujeres fueron violentadas en algún momento por sus esposos. Se escuchaban sus historias con cierta resignación con sabor a normalidad. "A fulana de tal la golpearon desnuda", "a tu tía le cortaron la mano con un cuchillo", "tu tía tiene la nariz destrozada por que su esposo la golpea".... eran historias tristes, pero todos parecían contarlas como si fueran normales, parte de la vida cotidiana. Mi madre era una de las afortunadas porque "a pesar de sus defectos", mi padre, nunca le levantó la mano. Mi madre podía entonces, estar agradecida de tener un buen hombre al lado, significado de uno que no es violento.

Léa, mi hija, tiene 7 años. Crece en un ambiente de educación feminista y laica, no fue algo que planeado, no seguimos un método o hemos leído un libro que de pronto nos abrió la mente tal nuevo descubrimiento y decidimos "fantástico esto, seguiremos la moda". Léa crece en este ambiente porque es lo mejor para ella, porque le da las herramientas para crecer como un ser humano fuerte y conciente. Su padre y yo, somos simples proveedores de dichas herramientas.

Hace un par de días grabé un video de Léa en el que brindaba su opinión sobre el derecho a voto de las mujeres y de lo que históricamente había sucedido - efectivamente, es una mini Mafalda -. Me sentí orgullosa de ese cerebro de 7 años que explica sus convicciones sin miedo, lo compartí con algunos familiares por WhatsApp.

No creo que mi posición feminista sea comprendida por gran parte de mi familia en mi país de orígen , pero la respuesta que tuve de un familiar, fue no solo decepcionante sino que me mostraba cual espejo, el Síndrome de Estocolmo, que muchas viven cada día.

"Estoy contra la liberación femenina. Las mujeres no hubieramos solicitado el derecho a voto, lo importante es tener a un hombre al lado, aunque no sea tan buena persona, de todos modos, tener a alguien nos facilita la vida". Resumen de la respuesta de una profesional ejecutiva, catedrática de universidad.

No es mi objetivo tocar el tema de la incomprensión del feminismo o detallar la lista de sus beneficios y logros sino preguntar ¿en qué podemos estar fallando para que el mensaje no sea percibido con la misma claridad con la que se desea comunicar? Una sociedad en la que los derechos básicos de 3650 millones de mujeres sean respetados. ¿En qué podemos estar fallando para que algunas de nosotras estemos convencidas en que nuestro rol dentro de la sociedad es valorado solo si contamos con un varón a nuestro lado, - "por más que no sea tan bueno -"?, ¿seremos las feministas, realmente, un ínfimo porcentaje de "locas e histéricas", incapaces de entender que la sociedad tal y como está ahora, funciona muy bien? ¿será que las desventajas y desiquilibrios tanto para las mujeres como para los varones, de nuestra sociedad tal y como funciona actualmente, es puro invento nuestro?, ¿será que nuestras abuelas, tías y madres merecen ser golpeadas por nuestros abuelos, tíos y padres?, ¿será que nuestra prima de 15 años provocó a su padre para que la viole?, ¿será que la sociedad es perfecta con los 781 millones de mujeres adultas analfabetas?, ¿será que la lucha feminista es un sueño de opio, porque la mujer nace con una capacidad especial para trapear y manejar escobas por siempre?, ¿será que la mujer y la política son dos seres totalmente incomptabiles, razón por la cual no tenemos por qué elegir a nuestrxs gobernantes? - y menos aún, serlo... qué idea, joder! ....joder derecho de voto de la mujer!..... ¿en qué estamos fallando?, porque definitivamente, todo esto se debe al movimiento feminista que no aporta nada y que solo está creando desorden en la cabeza de las mujeres.... después de todo, todo funciona tan bien ¿cierto?

El feminismo no está fallando. La sociedad ha sido manejada de tal modo que el cambio de mentalidad no se dará de un día para otro, ¿es ésta una razón para rendirse?: No. Cada una de las feministas tiene su razón de serlo, es intrínseco: somos mujeres y sabemos que nuestras pares merecen un trato igualitario, porque estamos en el 2017 y la humanidad no tiene excusa para que que no exista una (RE)evolución en la ejecución de nuestros derechos fundamentales.

Nos toca despertar de ese síndrome de Estocolmo en el que muchos estamos dormitando. Llámalo feminismo o cómo te de la gana, pero despierta, porque tu hija merece crecer sin peligros, porque tu hija merece saber que ella misma no es propia enemiga, culpable de todo por nacer mujer. Despierta, porque tu madre fue humillada y golpeada, porque tu hermana fue violada, porque tu amiga murió en un aborto clandestino, porque a tu prima la obligaron a abortar para que "limpiar su nombre", porque a tu tía su jefe la acosa todo el tiempo, porque tu vecina de 10 años teme ir a comprar en la bodega de le esquina porque siempre hay alguien que quiere manosearla. Despierta, porque todo lo vivido por ellas y por ti, no puede ser normal. Despierta, porque no es tu culpa que estés dormida.

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