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Las Pallaqueras de Untuca: minería de desecho

«(...) Las mujeres de los yanaconas fundían en las guayras la plata rica. Mingas de mujeres indias y jóvenes, por dos reales/día, amalgaman como mingas previo al proceso, clasificaban el mineral» (…) Las palliris seleccionaban y fundían en casa, recolectaban pallao, de alta ley que los barreteros entregaban al salir de la mina, practica muy común.» (Chaparro, Aranibar 2002).

Una de las actividades femeninas poco conocidas es la minería de desecho que se practican en varios lugares del Perú. Las pallaqueras de Untuca representan un ejemplo muy interesante que nos permite observar una economía que se desarrolla en zonas muy inhóspitas y también en abierto conflicto con sus pares los mineros artesanales y formales.

Las pallaqueras laboran en una boca mina que explota oro cercana al nevado Ananea en la Unidad Minera Untuca, ubicada en el distrito de Quiaca provincia de Sandia, departamento de Puno-Perú, a una altitud de 5200 msnm. El Pallaqueo es la denominación a una actividad consistente en el reacopio de material minero de los deshechos que son arrojados por la Compañía minera donde trabajan exclusivamente varones. (Pallaqueo es una castellanización del verbo quechua: pallay=recoger). Posiblemente sea una práctica ejecutada por mujeres desde etapas tempranas en sociedades mineras, pero que durante la Colonia las mamas generadoras de mineral que habitan dentro de los socavones, fueron expulsadas simbólicamente del constructo imaginario indígena, tal vez por el temor a la especialización de la mujer en la práctica extractiva lo cual las ha relegado a la actividad simple de recolección de desechos.

La familia de pallaqueras compuesta por madre, hijas y nueras puede recuperar de 4 a 6 gr de oro al mes. estas rocas contiene «chispas de oro» que son retiradas a fuerza de golpes de martillo, molidos y pasados a quimbaletes; y en otros casos se venden como roca a las empresas mineras que concesionan la mina. Estas, no trabajan directamente en la empresa minera, prefieren el pallaqueo porque así consiguen mucho más dinero, según manifiestan. Por lo general se encuentra mineral de baja ley pues el mineral valioso es acarreado por los mineros principales. Sin embargo la gran cantidad que acopian les permite generar más dividendos por este sistema:

«Siempre hemos sido Pallaqueras, pero los hombres cada vez más nos botan lejos, por que sacamos más que ellos. Se toman su plata en trago. Cuando trabajan para la Mina ellos botan bastante mineral porque no les importa, si es por Cachorreo ahí no quieren que trabajemos. Por eso ya estoy vieja y mejor tengo mis alpacas, mis nueras y mi hija ellas siguen pallaqueando». (Pallaquera, Untuca).

Es así que, el temor del avance e incremento de las mujeres en el Pallaqueo, en la comunidad, también genera conflictos con los hombres ya que el proceso de selección, recolección, molido, lo realizan en la boca mina y ellas logran acopiar más mineral y pueden obtener mejores ganancias.

El tabú femenino y la mineria: ¿Un hecho colonial?

Las Pallaqueras de Untuca asumen un rol activo siendo su única oportunidad económica la minería. Aunque al observar en el pasado, el acercamiento de las mujeres a la mina no es ajeno ya que en muchos de los mitos mineros lo femenino está ligado a la aparición de minerales. Por ejemplo existen relatos y ritos practicados en Oruro:

«[…] casi todos mueren en lastimoso estado de idolatría porque en la mina cometen malas idolatrías, llamándola señora y reyna y diciéndole que se ablande y ofreciéndole en sacrificio una hierba maldita que llaman coca […]» (Bouysse-Cassagne 2005).

Es decir los ritos prehispánicos hacen referencia a las mamas, deidades como «Ccori Çapa Koya» que habitan dentro del punku o boca mina, a quienes había que rendirles «pagos» u ofrendas para que los minerales pudieran crecer y madurar para su posterior cosecha. Durante el proceso de extirpación de idolatría intentaron abolir todo el sistema de prácticas mágico religiosas, sin embargo, no pudieron suprimir todos los referentes conceptuales o simbólicos ligados a antiguas prácticas sobre todo cuando estos tenían una funcionalidad económica desde el punto de vista de la explotación minera.

En síntesis, la figura femenina andina ha sufrido una transformación en el mundo colonial. La negación como persona, que tiene poder, mando político, económico y administrativo en una determinada sociedad, ha sido suplantada por una figura débil, sometida como «apoyo» en cualquier tipo de actividad. Ésta herencia colonial, las han suprimido en la mina, como sinónimo de mala suerte, no permiten un trato equitativo en la explotación de los recursos. La invisibilidad de la mujer pallaquera, se expresa en la falta de normativas que equiparen el trabajo hombre/mujer en el mismo status económico en el comercio de minerales. Las mujeres no aparecen en el proceso productivo a pesar que realizan una actividad compleja, desde su organización social, (redes de parentesco y asociaciones) hasta el trabajo tecnificado del pallaqueo.

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