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Proyecto Libertad: Fotografía, arte, mujeres, trabajo y esperanza

Una oportunidad para las mujeres que la sociedad prefiere ignorar.

En el mundo del periodismo el nombre de Inés Menacho, es más que conocido, en el mundo comercial ya la reconocen porque con mucho esfuerzo se viene ganando un espacio con sus originales diseños, pero para un grupo de internas de un penal en Lima, Inés Menacho es la señora que les da trabajo cada semana y que les lleva un poco del mundo de afuera en cada tela estampada con sus fotografías.

La fotógrafa peruana de amplia trayectoria incursionó en la fotografía utilitaria en el 2015, con diseños únicos en diferentes piezas como cojines, pañuelos, carteras y prendas de vestir, y hace cinco meses lleva adelante el Proyecto Libertad, en el que involucra a mujeres internas en un penal en el trabajo de bordar las telas estampadas con fotografías de su amplio archivo personal, y que luego se convierten en delicadas piezas. “La fotografía ya es un arte pero que encima ellas las borden es arte sobre arte. Ellas le ponen su arte, son ellas mismas quienes escogen que figura de la foto bordarán y con qué color de hilo, es inspiración de ellas”, cuenta emocionada.

DA: ¿Cómo surgió el Proyecto Libertad, fue pensado como un tema de responsabilidad social de tu negocio?

IM: Después de una visita al penal surgió la idea, pero era un tema que ya le venía dando vuelta. El tema de responsabilidad social de cualquier empresa, chica, grande, mediana es súper importante, pero para mí es más un asunto personal. Considero que en todo trabajo deberíamos hacer algo por alguien, en todo lo que yo hago comercialmente siempre me ha gustado que alguien más gane algo, porque además las cosas bien dadas en buena onda siempre regresan, si no es a mí, será a mi familia.

DA: ¿Es un asunto de agradecimiento entonces?

IM: Sí, no es un tema de dinero. Si yo tengo la oportunidad de tener talento en algunas cosas te involucro para que también tengas la oportunidad, hablamos de oportunidades en el mundo y todos tenemos un talento. Yo le iba dando vueltas al tema y decía esto (el negocio de diseño) tiene que seguir sucediendo pero con alguien más.

DA: ¿Por qué trabajar con reclusas y no con reclusos?

IM: En el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), me dijeron tú elige, y yo dije pero porqué voy a trabajar con hombres, yo voy a trabajar con mujeres. El hombre (recluso) siempre me va a parecer más agresivo, y estás mujeres, si bien están recluidas porqué tuvieron errores, son solidarias, la mujer es solidaria por naturaleza. En el grupo hay muchas que no se llevan entre sí, yo nunca pregunto por qué, sin embargo se prestan los materiales. A alguna de ellas se les acaba el hilo y no tienen más del mismo color para terminar el trabajo y entonces la otra dice ´yo le doy´. Yo preguntaba la primera vez, estás segura, ´si yo le doy´ me dijo, y así es siempre, se prestan el material, pues aunque no se hablen son solidarias entre ellas mismas.

Si bien están recluidas porqué tuvieron errores, son solidarias, la mujer es solidaria por naturaleza.

DA: ¿Cómo fue el proceso de involucrarlas en el proyecto?

IM: Cuando yo llegué, nadie quería involucrarse. Cuando ingresé a ver con quienes se podía trabajar me quedé en el pabellón más difícil, ingresé a los talleres de costura y nadie me miraba, pero seguí insistiendo. Les dije alguien quiere bordar, miren he traído unas muestras a ver si quieren bordar, he traído hilos. Me respondían ´bueno déjalo ahí´. Un par de mujeres se acercaron, una de ellas me dijo, ´ya, yo lo hago´, le pregunté si bordaba bastante, ´bueno intentaré´ me respondió. Regresé a la semana a ver cómo había avanzado. Son mujeres mayores, tienen entre 40 y 60 años de edad, y llevan ya varios años en cárcel. El número de internas que participan con nosotros puede incrementarse en la medida que yo también tenga más posibilidades de venta. Ahora otras internas se me acercan y me preguntan ´puedo ya, ya me toca´, sobre todo porque ven que a quienes trabajan con nosotros se les paga y se les paga lo justo

DA: El trabajo que hacen contigo debe significar para ellas un ingreso económico que no estaba en sus planes.

IM: Una cosa muy importante, paguemos el precio justo, seamos honestos con la gente y seamos honesto con nuestro trabajo. Cuando yo entré yo sabía cómo era, sabía cómo cobraban, me decían yo cobro un sol cincuenta(*), pero eso no es de un ser humano, no puedes decirle a un ser humano que trabaje seis horas y pagarle esa cantidad, no me parece justo y si estoy intentando es hacer un trabajo de responsabilidad social, eso no me parece justo. Cuando me dijeron lo que cobraban les pregunté si estaban seguras, y respondían que sí, pero yo dije ni hablar, yo no les voy a pagar eso, y por supuesto subí el monto, ahora yo he estandarizado un precio. No les voy a mejorar la vida, porque ellas ya están presas y no vamos a cambiar esa situación, solo que con su trabajo, pueden mejorar el estado de vida que ellas tienen, porque con ese dinero que ahora ganan compran cosas que antes no podían comprar.

DA: Más allá del ingreso económico que tienen ahora ¿qué significa para ellas estar en este proyecto, qué es lo que tú has podido observar en estos meses?

IM: Las chicas están felices, están positivas. Cada vez que me reúno con ellas hay historias lindas que empiezan a surgir. Yo llevo las telas con fotografías de ciudad por ejemplo, para hacer casacas deportivas urbanas y hay cosas que ellas ni conocen, nunca las han visto porque llevan presas ya mucho tiempo. Llevé una tela estampada con una foto del tren eléctrico y se sorprendieron, me preguntaban ‘¿qué es eso, dónde es?’, ellas no lo conocen, no sabían que ya tenemos un tren en Lima, porque ellas dejaron solo los pilares cuando entraron a la cárcel, entonces les comienzo a explicar, esta es la avenida Aviación, este es el Museo de la Nación, y a partir de eso surge una conversación, pues recuerdan cosas. Otro día llevé una tela con una foto de Jauja(**) y también recordaban cosas y a partir de esos recuerdos se inventan historias que las comparten, y luego cuando a la semana regreso a recoger el trabajo, me dicen que estuvieron pensando en lo que les expliqué y los recuerdos que vinieron a su mente con esa foto y me dicen ´no te la lleves pues´ (Risas). Además ellas me dicen que cuando están bordando están pensando en ese lugar, la foto las lleva afuera. La verdad no es porque sea yo o sea mi trabajo pero ellas están contentas con lo que están haciendo y no hablamos de sus vidas personales, de porqué están presas o cuanto les falta para salir, de eso no hablamos.

DA: ¿Qué siente Inés como mujer haciendo esto?

IM: Esto es un tema de ida y vuelta, estamos aquí para dar, es un tema de conciencia, de responsabilidad como ser humano, todos tenemos que tener oportunidades, todos. Exigimos una sociedad diferente pero nos quejamos de todo. Te quejas del Estado, de los políticos, pero tú que haces activamente para que esto cambie, para que esta sociedad cambie, para que esos seres humanos que están adentro, que finalmente se equivocaron, porque yo no estoy en defensa de ellas, pero estamos en un cambio, pretendo que el mundo cambie, pretendo que ellas tengan una visión de que alguien se preocupa por ellas. Se equivocaron, la sociedad las ha castigado, están adentro, pero tenemos que hacer algo, porque esa gente algún día va a salir y tiene que integrarse a la sociedad y cuando se integren tienen que hacerlo bien. Hay mucha gente que entra y sale, entra y sale, qué hacemos para que no regresen, si adentro no estamos trabajando para que esto no suceda. No acuso al gobierno, sé que esto es un tema de todos. Por eso este no es solo un negocio solo para ganar dinero, yo quiero vivir decentemente, que mi vida sea normal, a mi me encanta hacer esto.

Se equivocaron, la sociedad las ha castigado, están adentro, pero tenemos que hacer algo, porque esa gente algún día va a salir y tiene que integrarse a la sociedad y cuando se integren tienen que hacerlo bien.

(*) Un sol cinquenta es equivalente a 0.30 céntimos de Euro

(**) Jauja, ciudad en el centro del Perú

MáS SOBRE INéS

Inés Menacho es una fotógrafa peruana con 30 años de experiencia. Obtuvo el Premio Rey de España de Fotografía 2002 y el Primer Premio SIP de Fotografía de la Inter American Press Association.

Durante 11 años, cubrió para el diario El Comercio (Perú), además sus fotos se han publicado en The New York Times, The Washington Post, Time, El País, El Mundo y La Nación.

En el 2015 inició su negocio de fotografía utilitaria. En setiembre último participó en Paris, en la exposición de diseñó Maison & Objet, siendo la única peruana en esta feria.

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