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Masturbación con M de Mujer


Sandra Campó es limeña, feminista, bloguera y escritora. Entre 2011 y 2016 escribió en Chicas Malas, un blog de feminismo, arte y cultura popular. Y el 2015 publicó el libro Hoy tengo ganas de mí. 7 historias de masturbación femenina.

Hablar de masturbación (con M mayúscula de Mujer) en un país donde la P de su nombre la llevan también como la P tan grande de Patriarcado, no debe ser facil. Así que mi primera interrogante es saber ¿qué cara pone la gente cuando Sandra dice que es experta en el tema de masturbación femenina? La verdad es que la parte más divertida luego de que le cuento a alguien que he escrito un libro sobre masturbación femenina es ver el gesto de sorpresa, incomodidad o curiosidad que pone la mayoría. Algo similar ocurre cuando digo que hago talleres de ciclo menstrual en los que hablo con un grupo de mujeres sobre la regla. Creo que, en ambos casos, al ser temas tabús, provocan una fuerte impresión en la mayoría de personas y su sola mención nunca pasa desapercibida.

Pero no me considero una experta en masturbación femenina, porque si bien es un tema sobre el que he comenzado a investigar más a partir de la publicación de Hoy tengo ganas de mí, creo que aún me falta mucho por aprender. Pero sí es un tema que me apasiona, investigar sobre él es como beber de una fuente inagotable de autoconocimiento que me llena de satisfacción, al mismo tiempo que me deja con ganas de investigar más y más.

En la cultura peruana, el sexo es tabú pero el sexo en la mujer es 'sucio'. Aún recuerdo a familiares mujeres referirse al sexo como 'eso' y que 'eso' no les gustaba mucho, porque bueno pues, la 'mañosería', es 'cochina pues'. La mujer peruana no le gusta hablar de sexo, la masturbación, peor aún ¿cómo romper esta barrera? ¿Cómo trabajas el tema?

Lo que dices es, lamentablemente, muy cierto: el sexo sigue siendo uno de los mayores tabús para las mujeres en nuestro país. Prueba de ello es el silencio en torno a la masturbación femenina, lo cual es una muestra de cómo se la sigue considerando como una práctica sexual innecesaria o, peor aún, inexistente entre las mujeres.

En mi caso, tuve la suerte de tener una mamá que, desde mi niñez, me dio una educación sexual que la mayoría de niñas no reciben ni en casa ni en la escuela. Ella siempre habló de sexo conmigo sin miedo, sin culpa y sin vergüenza y me brindó la información que yo necesitaba de acuerdo a la edad que yo tenía en el momento que mis preguntas surgían. Entonces para mí hablar de sexo siempre ha sido como hablar de cualquier otro tema cotidiano y me valgo de eso para conversar con otras mujeres.

Una de las “estrategias” que mejor me funciona es comenzar hablando de mí, es decir, yo cuento mi experiencia con la masturbación y una vez que lo hago, una más se anima a hablar también y luego otra más y así vamos rompiendo juntas el silencio. Además, en los talleres de ciclo menstrual que organizo, uso material audiovisual que emplea el humor para hablar del tema. Entonces la masturbación pasa de ser un asunto que se habla en voz baja y con vergüenza a ser algo de lo que conversamos entre risas y con desenvoltura.

Al final creo que hago lo mismo que hizo mi mamá conmigo al darme educación sexual: hablo de sexo sin miedo, sin culpa y sin vergüenza y eso resulta novedoso y contagiante para las mujeres que me escuchan.

¿Cómo fue el recibimiento del libro?

Desde su publicación en 2015, el libro ha tenido una acogida muy buena porque no sólo tuvo difusión en algunos medios locales de prensa y televisión sino que además ha sido comprado por gente de varios países como Estados Unidos, España, Brasil, Bélgica, México, Argentina y Chile, entre otros. Hasta donde sé Hoy tengo ganas de mí es el primer libro en el Perú que habla exclusivamente de masturbación femenina, y creo que quizás también sea el primero en Latinoamérica porque, según me cuentan las lectoras de otros países, no han encontrado otros libros en donde este sea el tema central y en donde se hable de él en primera persona. A diferencia de los artículos de sexualidad que suelen escribirse, el libro no contiene la opinión de sexólogas, sino más bien los relatos detallados de mujeres que se masturban: cómo lo hacen, cuándo, dónde, por qué, cómo descubrieron la masturbación qué sienten al masturbarse.

La mayoría de mujeres conocen mal sus cuerpos. No osan tocarse y si lo hacen, no saben si lo hacen bien a esto se suma la verguenza de no hablar, no compartir experiencias. ¿Hay mujeres que te contactan con interrogantes?

El hecho de que las mujeres no conozcan sus propios cuerpos me parece muy preocupante y es un asunto urgente por resolver.

Reapropiarnos de nuestros cuerpos es fundamental para vivir una sexualidad placentera, consciente, responsable y plena. La cultura patriarcal en la que vivimos se basa en una sexualidad androcéntrica, es decir, que el sexo es visto desde una perspectiva masculina, por eso nosotras seguimos creyendo la gran mentira de que el placer sexual de las mujeres se centra en el coito vaginal sólo porque allí radica el placer sexual para los hombres. Por eso también seguimos ignorando la importancia fundamental del clítoris en el orgasmo y ni siquiera sabemos cómo es nuestro clítoris porque no estamos en contacto con nuestra vulva.

Y eso sólo por hablar de nuestros genitales porque el sexo va mucho más allá de la genitalidad, el sexo es también erotismo, experiencias sensoriales entre tu cuerpo y el mundo que te rodea, elección de tipos de relaciones sexuales y afectivas monógamas o no-monógamas y muchos más temas que deberían formar parte de una educación sexual centrada en el fortalecimiento del autoconocimiento, la autonomía y la autoestima de las mujeres.

Aquellas que me contactan para comprar el libro no suelen añadir consultas en sus mensajes pero sí se muestran muy agradecidas de haber encontrado un texto en el que se hable de un tema tan tabú, del cual ellas mismas temían hablar con otras mujeres. Creo que, en ese sentido, el libro despierta (y espero que también logre satisfacer) la curiosidad de quienes sí se masturban y también de quienes no lo han hecho hasta ahora.

Una de tus frases 'la vida en pareja no es suplente de la masturbación. Es un momento íntimo personal". Esto rompe totalmente la idea que muchos tienen de la masturbación en sí. Que unx la practica porque no tiene pareja. La idea es que unx la practica porque es nuestro momento. ¿Puedes explicarlo más?

Lo que yo contaba en mi propio testimonio, el cual dio origen al libro, es que “cuando comencé a tener vida sexual con parejas o compañeros eventuales, caí en la trampa común: creí que la masturbación era un sustituto menor de las relaciones sexuales compartidas y la dejé de lado. Me olvidé de ese espacio en el que disfrutaba de mí misma”. Para mí es importante mencionar esto porque redescubrir la masturbación, luego de haber privilegiado el sexo en compañía durante una década, cambió mi perspectiva acerca de lo placentero y satisfactorio que es masturbarse.

Entonces, en base a mi experiencia personal, llegué a la conclusión de que la masturbación es la práctica sexual por excelencia para alcanzar el autoconocimiento corporal, la autonomía sexual y la autoestima de las mujeres. Así como no podemos amar a nadie si no nos amamos a nosotras mismas, no podemos disfrutar del sexo plenamente si no sabemos cómo tener sexo con nosotras mismas.

Para mí masturbarte es tener sexo/tirar/hacer el amor contigo misma. Lo que suele llamarse “la primera vez” de una mujer no debería estar definida por la primera vez que ella experimenta un coito vaginal, nuestra primera vez es con nosotras mismas, cuando nos exploramos sexual o sensualmente y sentimos placer. Eso ocurre cuando somos niñas o adolescentes, y muchas veces ocurre a solas, aunque otras veces ocurre en la compañía de otras niñas y niños de nuestra edad.

¿La masturbación cambia con el tiempo? ¿Unx no se masturba igual a los 20,30 o 60?

En mi caso, puedo decirte que cambia a medida que tienes un mayor conocimiento de lo que te gusta y de lo que no te gusta. Siento que también cambia de acuerdo a otros factores como los cambios hormonales que se producen en cada fase de tu ciclo menstrual: mis fantasías sexuales y mi actitud ante el sexo varían en cada una de las 4 fases (preovulatoria, ovulatoria, premenstrual y menstrual). Además, por supuesto que la manera cómo me masturbaba en mi adolescencia es diferente a la forma cómo me masturbo ahora que soy una treintañera: antes de tener relaciones sexuales compartidas, mis encuentros sexuales conmigo misma estaban guiados por mi imaginación adolescente, ahora se alimentan de las aventuras sexuales que ya he vivido y de las que deseo vivir también. Así que supongo que la experiencia masturbatoria cambia a medida que una va creciendo, pero no sé de la experiencia de otras mujeres mayores. Me gustaría mucho conversar sobre esto con mujeres de 60, 70 u 80 años, siento mucha curiosidad por saber sobre cómo vivían la masturbación ellas en épocas anteriores a las que yo he vivido.

¿Cómo hablas de masturbación con una adolescente?

Tanto el taller de ciclo menstrual (Una revolución llamada menstruación) como el club de lectura (Las Libres) que organizo, son espacios en los que participan mujeres de entre 20 a 45 años, aproximadamente, así que hasta ahora no he conversado con adolescentes sobre el tema.

Creo que si tuviera que hacerlo emplearía la misma estrategia que uso con mujeres adultas: elegiría un material (escrito o audiovisual) como punto de partida, hablaría desde mi experiencia personal cuando era niña o adolescente pero sobre todo me centraría en el autoconocimiento corporal, para el cual el saber sobre el ciclo menstrual es esencial. No saber cómo habitar un cuerpo que atraviesa por diversos cambios físicos, mentales y emocionales a lo largo del mes es parte de la incomodidad o falta de aceptación que las mujeres sentimos desde pequeñas con nuestro cuerpo, sobre todo cuando alcanzamos la pubertad o la adolescencia.

Otra cosa que me parece muy importante es que, ya que la masturbación suele comenzar a practicarse desde la niñez, nunca usemos la prohibición en las niñas, creo que en vez de decirles que no hagan eso, es mejor explicarles que pueden masturbarse cuando estén a solas y no en frente de otras personas (algo que suele pasar pues ellas mismas ignoran que se están masturbando, sólo lo hacen porque sienten placer).

¿Cómo hablas de masturbación con una mujer adulta?

Creo que esto ya lo contesté en las preguntas anteriores, pero si hay algo que me gustaría añadir es que cuando hablo de masturbación con otras mujeres, siempre lo hago desde el cariño, el respeto y el cuidado pues sé que sólo si ellas sienten que están en un espacio libre y seguro en el que no serán juzgadas podrán expresarse sin miedo, sin culpa y sin vergüenza. Esa es la mejor manera de romper un tabú: compartiendo entre nosotras en medio de la confianza y la sororidad que tejemos entre todas.

PARA SABER MáS DE SANDRA

Blog: NINA

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Correo: escribeleanina@gmail.com

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