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Artesana Feminista


Buscando en Facebook hace unos 7 años, en que en el Perú se puso de moda el “Diseño Independiente” (Elaboración de ropa en pequeñas cantidades, de manera cuasi artesanal, con estilo desafiante a las grandes Industrias de la Moda) encontré a Pita María Luisa.

Se describía así misma como Artista Plástica, egresada de la Escuela Nacional de Arte, tenía un blog, una página en Facebook, su logo era la caricatura de una niña y tenía muchas fotos de vestidos cortos, blusas y polos.

El primer vestido que le compré, era de algodón, corto, con corte corazón en el escote y tenía ¡un estampado de patitos amarillos! ¡Era el estampado más tierno y loco que había visto, y fue mi vestido favorito del año! Desde entonces siempre que podía le compraba productos. La calidad de su ropa nunca me decepciono, y menos aún sus estampados, siempre originales, con el rostro de Frida Kahlo “a acuarela”, unicornios haciendo “Karaoke”, frases motivacionales (“First coffee, then: Monday!”) y hasta polos y polerones en match para madre e hijo (a). “Todo a pedido caserita”.

Hace un año los diseños de Pita (que es el apodo de esta extraordinaria mujer, y también el nombre de su marca) fueron tornándose progresivamente “más feministas”. Digo “más” porque ya había visto diseños con frases feministas como “Girl Power” o “Lucha Mujer” en sus polos. Pero en el último año Pita cambió el logo de su marca (ahora era un corazón y en su página de Facebook se veía un puño de protesta enarbolando un “Feminist”, como foto de portada), además las frases que estampaba en su ropa tenían un tinte más artístico, más feminista y también más “empoderador”. Ahora las frases eran:

“Im not your sweethearth”

“The future is female”

“Strong women”

“Mi cuerpo mis reglas”

Y ya no solo las estampaba estas frases en polos, ahora venían en cojines, en monederos, en cartucheras. Empezó, además, a estampar iconos feministas como la Mujer Maravilla, Frida, Hermione Granger y Batichica. En su cuenta personal de Facebook empezó a compartir noticias y artículos sobre lucha y denuncias feministas, y renegaba abiertamente (como todas las mujeres que conozco) acerca del acoso callejero.

Hace un año o más, nos hicimos más cercanas. Las coincidencias en que ambas somos madres, en que los días nos quedan cortos, que nos conectamos a internet de noche (yo para estudiar, ella para diseñar y estampar, pues ella misma estampa, diseña y cose su ropa) y nuestras experiencias en la vida, nos han hecho hermanas; así que apelando a esa confianza le pregunte:

  • “Oye Pita, ¿porque tanto feminismo en el polo? ¿Realmente te va a salir rentable, es comercial? ¿No crees que vas a asustar a todo el mundo con esta demostración de feminismo?”

Ella me dijo:

  • “Hermana ya estoy harta. Nos matan, nos violan, violan a los niños, y la justicia no hace nada. Necesitamos el feminismo. Si lo puedo poner en la ropa y así sembrarle el “bichito feminista”: a alguien lo haré. Tengo clientas de 20 años que tienen que saber que son poderosas ¿manyas? Que pueden conquistar el mundo, poner su empresa, comprarse sus propias cosas y no dejar que ningún idiota las domine; y eso lo tienen que saber desde ya, ojalá que con los mensajes en la ropa empiecen a pensarlo”.

Pita tiene un sueño, y es el mismo sueño que muchas feministas tenemos: Que todas las mujeres abracen el feminismo como arma, y que en él se fortalezcan y exploten su capacidad de mujer. Yo me dedico a escribir y a dar charlas en escuelas. Ella, a través de su negocio, con sus diseños a veces “Girlies” y a veces “Female Power” busca contribuir con su esfuerzo a la causa.

  • “A veces se vende, a veces no se vende. Pero si no se vende, me los quedo, ¡porque todos los diseños que hago me encantan!”

PD: Hace una semana vi una publicación de una página feminista que recomendaba no comprar polos con mensajes feministas que hayan sido producto de la “esclavitud laboral de la mujer”. Estoy de acuerdo con ello. Pero también propugnada que no compremos “si es que el producto ha sido hecho por mujeres”, ahí DISCIERNO. Porque si el producto lo hace una artesana; que lo diseña, estampa y cose con sus propias manos, y con ello mantiene su independencia económica, y que además CREE en lo que PROPUGNA, pues debemos apoyarla.

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