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Mi Cuerpo, Mis Reglas


Conversamos con Sandra Campó, responsable del taller de ciclo menstrual Una revolución llamada Menstruación y el taller de autocuidado menstrual Mi cuerpo, mis reglas, sobre los mitos y miedos de la mestruación, y del cómo conocer, amar y respetar nuestro cuerpo cíclico.

MM: Menstruación y sexualidad van de la mano. Creo que lo primero que le vino a la mente a mi madre cuando me vino la regla por primera vez es que podía embarazarme, así que me dijo que ningún varón podía tocarme y yo viví aterrada durante años con la idea de sentarme en el mismo lugar donde un varón pudo haberse sentado. ¿Por qué perpetuamos estas historias?

SC: Creo que todos los mitos en torno a la menstruación están relacionados con la manera cómo se nos habla de sexo (lo poco y lo mal que se nos “educa” al respecto), es decir, enfocándose en la prevención de enfermedades de transmisión sexual y en la anticoncepción. Entonces, desde esa perspectiva, la menstruación es básicamente el anuncio de la posibilidad de un embarazo no deseado. En los talleres de ciclo menstrual que realizo desde hace dos años (Una revolución llamada Menstruación y Mi cuerpo, mis reglas) siempre comienzo preguntándoles a las participantes sobre su menarquía, es decir, su primera menstruación, y la mayoría cuenta lo mismo: las mujeres que la rodeaban en ese momento —ya sea la mamá, la abuela, la tía o la hermana mayor— sólo hicieron referencia al inicio de la fertilidad y a la manera en que tenían que usar las toallas higiénicas. Pero resulta que el ciclo menstrual es mucho más que eso: es un proceso natural que las mujeres vivimos por más de 30 años y que está compuesto de 4 fases (menstrual, preovulatoria, ovulatoria y premenstrual), las cuales, a su vez, poseen características particulares a nivel corporal, mental y emocional.

MM: Vemos también la menstruación como algo sucio y vergonzoso. Las clásicas que no te manches porque sino saben que "estás con tu regla y pucha, qué roche". No sé si ahora sea diferente, pero no recuerdo haber recibido ningún curso ni en casa a modo de consejo, ni en el colegio, que naturalice la menstruación, por es eso, es algo totalmente natural, al fin y al cabo.

SC: Esa es la experiencia que la mayoría de las mujeres hemos vivido. Por eso cuando encontré hace cuatro años atrás el blog El camino rubí de Erika Irusta me quedé sorprendida de que existiera alguien que se hacía llamar a sí misma pedagoga menstrual y cuando lanzó su primer taller online llamado Las 4 mujeres que soy me inscribí llena de curiosidad por saber qué era lo que pasaba con mi cuerpo, mi mente y mis emociones durante cada fase del ciclo. Luego de ese taller ya nada volvió a ser lo mismo: comencé a habitar mi cuerpo menstruante desde el autoconocimiento y el autocuidado.

MM: Seguimos viendo la regla como algo pesado además, que duele (que sí, muchas veces duele). Le hemos puesto una cruz, se ha convertido en nuestra cruz mensual. Poniendo como tema aparte las menstruaciones dolorosas, ¿cómo podemos hacer para que aceptemos a nuestra menstruación y la querramos tal y como queremos a nuestro pelo o nuestro cuerpo? (y esto me recuerda, que tampoco queremos ni a nuestro pelo ni a nuestro cuerpo....).

SC: El conocimiento sobre el ciclo menstrual no es una fórmula mágica que elimina los dolores menstruales, eso hay que tenerlo claro. Pero el asumir que eres un ser cíclico y que atraviesas por cambios hormonales cada mes o cada semana sí tiene un impacto positivo en cuanto a cómo vives la experiencia del ciclo menstrual. De pronto ya sabes, por ejemplo, que si estás en fase premenstrual probablemente tengas un estado de ánimo que tiende a conectar con las heridas emocionales, como me ocurre a mí. Saber esto te sirve para comprender que ese sentimiento o esa sensación forman parte de dicha fase y quizás puedas encontrar maneras de lidiar con ello en vez de sentirte confundida porque no sabes qué es lo que te pasa. El autoconocimiento es una herramienta muy poderosa para las mujeres.

MM: Hay una serie de mitos alrededor de la menstruación, "nos ensucia", como sucede en India o Nepal donde meten a las mujeres en una especie de cuarentena durante esos días. ¿Cómo empezó este asqueo por la menstruación? Supongo que es un asqueo al estado natural de ser mujer, es muy patriarcal como comportamiento.

SC: No sé exactamente en qué momento histórico ocurre esto, pero es un patrón que se repite en diversas culturas del mundo y que aún persiste. Los mitos en torno a la menstruación son, en su mayoría, de carácter prohibitivo y tienen una connotación negativa. Por ejemplo, aquí en Perú no puedes preparar mayonesa porque se va a cortar, en Brasil no debes cortarte el pelo porque si lo haces no te va a crecer bien, en otros países no debes bañarte o no debes comer limón o no debes cargar a bebés. Hay un sinfín de mitos menstruales que contienen un mensaje relacionado a lo sucia o perjudicial que puede ser la regla. Y si no es a través de mitos, se recurre a otras palabras o expresiones para denominarla y así evitar llamarla por su nombre: “Andrés, el que me visita cada mes”, “estoy enferma”, “estoy mal”, “estoy con mis días”, “estoy en esos días” en vez de decir fuerte y claro “estoy menstruando”. La sangre menstrual es vista como algo que hay que ocultar simbólica y materialmente. Nos toca a nosotras alzar nuestra voz de protesta y darle forma a una revolución individual y colectiva que tenga como punto de partida el autoconocimiento corporal, la autonomía sexual y la autoestima de las mujeres.

MM: ¿A partir de qué momento empiezas a trabajar el tema de la menstruación con las mujeres? ¿trabajas con niñas? ¿adolescentes?

SC: Comencé a hacer los talleres de ciclo menstrual casi por casualidad. Hace dos años una amiga mía me pidió que la reemplazara en un taller sobre autoconocimiento menstrual que ella iba a dirigir. La experiencia fue maravillosa: estaba rodeada de mujeres no sólo de Perú sino también de Chile, Brasil y México y fue muy bonito descubrir juntas cómo cada una vivía el ciclo menstrual a la par que íbamos derribando los mitos que existen en cada uno de nuestros países. Desde entonces decidí hacer mis propios talleres y han sido ya casi un centenar de mujeres las que me han acompañado en este compartir de vivencias muy íntimas. La mayoría de las participantes son mujeres adultas, entre los 20 y los 45 años aproximadamente, pero a veces algunas de ellas asisten con sus hijas de entre 9 y 13 años. Hablar de ciclo menstrual es una buena oportunidad para hablar de otros temas relacionados con la sexualidad femenina. Cada fase del ciclo tiene características que me permiten proponer temas como la soledad femenina, la autoestima de las mujeres, la masturbación y la rabia feminista. El taller de ciclo menstrual Una revolución llamada Menstruación y el taller de autocuidado menstrual Mi cuerpo, mis reglas son espacios para mujeres curiosas que quieren disfrutar de sus cuerpos menstruantes todos los días del mes y yo las acompaño con alegría, con paciencia y con cariño en ese proceso que es tan enriquecedor para ellas como lo es para mí.

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