top of page

¿Cómo te afecta la bulimia?

La respuesta es: DE MUCHAS MANERAS

Pero ¿conoces de que maneras te afecta? En primer lugar, la bulimia te afecta FÍSICAMENTE.

  • Los vómitos constantes ocasionan inflamación a nivel de tu esófago (el tubo que une tu boca con tu estómago), y puede ocasionar laceraciones que son como pequeñas heridas que obviamente SANGRAN y al sangrar pierdes hemoglobina y evolucionas en una ANEMIA.

  • Los vómitos también hacen que pierdas electrólitos: potasio, sodio, cloro y AGUA, esto hace que te duela la cabeza, te sientas mareada y cansada; que son síntomas de deshidratación. Si a esto le sumas que eres de las bulímicas que se mata en el gimnasio, pues te deshidratas aún más.

  • El introducirte el dedo o el cepillo de dientes para vomitar, y la arcada que haces para vomitar hace que se inflamen las glándulas salivales (que están debajo de tu mandíbula) haciendo que tu rostro se vea más redondo. Es decir vomitas para ser más flaca, y terminas luciendo más “redondita” y además con un dolor cervical de la inflamación de tus glándulas.

  • El estar retornando la comida ocasiona una inflamación en tu sistema digestivo. El sistema digestivo es un órgano complejo y maravilloso, que secreta diversas sustancias como la secretina, la somatostatina que influyen en el funcionamiento de los intestinos (su motilidad, la absorción de nutrientes). Si tu sistema digestivo funciona mal, no secretará adecuadamente estas sustancias, así que te podras sentir “hinchada”, con la digestión lenta”, “embotada”, o no vas a absorber ciertos nutrientes.

En segundo lugar, pero tan igual de importante, la bulimia te afecta EMOCIONAL y PSICOLÓGICAMENTE.

  • La comida ocupa toda tu mente. ¿Comí mucho? ¿Me pase de calorías? ¿Comí muchos carbohidratos? ¿Paso mucho tiempo entre comer y vomitar? ¿Vomité suficiente? La comida se convierte en TODA tu mente, en tu obsesión y tu tiempo. Por que la bulimia no implica solo el acto de comer, atorarte de comida y vomitar; sino que tiene sus raíces en el CONTROL que necesitas sobre tu cuerpo, tu apariencia y lo que comes. De acuerdo a los psiquiatras, los pacientes bulímicos tienen tendencias obsesivo-compulsivas; es decir te “obsesionas” con una imagen mental que quieres o no quieres tener de ti misma y en base a ella realizas conductas.

  • Entras en el círculo: ESTOY GORDA-ANSIEDAD-COMO-CULPA-VOMITO-ANSIEDAD. Te pones ansiosa porque sientes o te percibes gorda, esta ansiedad te conduce a comer, a darte atracones de comida, los atracones de comida te hacen sentir culpable (“voy a engordar más”) entonces procedes a purgarte/VOMITAR, seguido de más ansiedad por continuar con la conducta, por no ver “resultados”, por continuar comiendo y haciendo lo mismo. El círculo no te lleva a ningún lado, más que a los daños físicos que ya te enumeré.

  • Depresión y ansiedad, son enfermedades que acompañan a la bulimia como compañeras presenten al mismo tiempo, o que aparecen después de los episodios de bulimia ya que no puedes “alcanzar tu objetivo de bajar de peso”, o por una alteración sostenida de hormonas o neurotransmisores. Un paciente bulímico y a la vez deprimido, es más difícil de tratar.

  • El trastorno somatomorfo, en el cual no importa que tan flaca estés, puedes pesar 30 kilos pero te seguirás viendo gorda, obesa y con un exceso de peso que ya no existe en tu cuerpo, sino en tu mente. Al tener este trastorno continuaras llevando conductas nocivas para “seguir bajando de peso”. Tratar este trastorno es aún más difícil pues requiere “desconectar a la persona” de una realidad a la cual ya se acostumbro y ya ha asumido como suya.

Hoy me puse a repasar estos puntos porque desperté, me subí a la balance y peso dos kilos más que hace dos meses: ¿CÓMO ME PASó ESTO?, me deprimí. Así que tomé un prolijo desayuno (me dí un atracón) y luego lo vomité. Luego de vomitar me miré al espejo y vi como la blusa me quedaba apretada, como el botón del pantalón estaba ajustado y mis cachetes anchos.

Es increíble porque estoy en unos meses muy felices emocionalmente, y quizá entre tanta celebración y cena, subí de peso. Luego de vomitar le envié mensajes al whatsapp a mis amigas, les pedí ayuda.

Una de ellas mi mejor amiga de años, quien reside en otro país, me dijo: Tu eres hermosa, te vi hace meses y eres hermosa y unos kilos no cambiará eso. Si quieres deja los carbohidratos para no sentirte tan pesada, pero yo te veo hermosa en tus fotos.

Otra amiga, que es una “nueva amiga” de mi círculo feminista me dijo: Debes verte con los ojos que te vemos nosotras, que aunque suba 10 kilos sería hermosa, porque sigo siendo la misma persona y soy maravillosa.

“Dentro de ti, sabes todo lo que eres y en esa ecuación el peso, la forma en que te ves o que crees verte no tiene importancia”.

Me he sentido fortalecida, abrazada por mis compañeras y con la necesidad de comer mejor y no rendirme a la bulimia. No solamente por las consecuencias físicas que puede tener sobre mi cuerpo, sino porque habiendo resistido meses sin vomitar no me voy a rendir el día de hoy y caer en tristeza y atracones.

La bulimia nunca te deja, de la misma forma que nunca te dejan las ideas que te sembraron en la niñez y adolescencia:

“No puedes mostrar panza con un bikini”
“Las niñas gordas se ven mal”
“Las gordas son feas”
“Cuando eres madre el cuerpo se te arruina para siempre”
“Mejillas gordas te hacen ver varonil”

Como escribí en una entrada anterior, la bulimia sabe donde anida: una persona con poco control de impulsos, baja autoestima y “estándares de belleza altos” insertados culturalmente. Contribuyamos a que la autoestima no anide en más personas (en especial niñas) dejando de exigir cuerpos y medidas perfectas, y dejando de hacer mella en la autoestima de nuestras compañeras.

bottom of page