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El machismo nos canta


Hemos crecido en una cultura machista que normaliza el acoso y la violencia.

La música es una expresión de esto que menciono y no es necesario escuchar el reggaeton, sino cualquier género y sobre todo «las baladas románticas».

Escuchaba hace unos instantes una canción que hasta la letra sabía inconscientemente y mientras la escuchaba con atención y percepción feminista mi indignación creció, que por eso escribo esto.

La letra es esta:

«Ha pasado mucho tiempo, mucho tiempo desde que te dejé llorando en la alameda. Ha pasado mucho tiempo, mucho tiempo desde que yo besé tus labios a la fuerza. Mira que he recibido sinsabores y desaires mira que hasta te he visto de otros brazos por tu calle. Debía comprender que nunca seras mía Debía de una vez borrarte de mi vida. Pero este terco corazón no te olvida, no te olvida aunque le busque un nuevo amor cada día, cada día. Porque este terco corazón se ha empeñado, se ha empeñado vivir tan solo para ti aunque tú no le hagas caso».

El tipo la besa a la fuerza, la hace llorar, la violenta, doblega su voluntad, la acosa, vigila sus pasos y no la deja en paz, y eso es lo que nos venden como «romántico».

La canción es terco corazón de Emmanuel. Dejemos de romantizar el acoso y la violencia machista.

Ahí es dónde aparecen los «soldados caídos», el título patético con el que se autodenominan los estúpidos machistas que no entienden el NO.

Es importante deconstruirnos, hagan este ejercicio con las canciones y verán que hay harto por cuestionarnos.

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