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Salir del clóset


El 2009 yo empezaba a salir del clóset, recuerdo que trabajaba como correctora en Gaceta Jurídica, la empresa del ahora Defensor del Pueblo, y salía con mi primera novia. Ella iba de vez en cuando a verme al trabajo y almorzábamos juntas, una de esas veces que fue, unas compañeras nos vieron y cuando regresé me preguntaron quién era. En una situación normal, en una sociedad normal, en un mundo normal, esa pregunta no hubiera implicado nada, pero a mí me llenó de terror, dije "una amiga" con la cara roja y el corazón a mil.

Me miraron con sospecha, pero no me dijeron nada más. Esa noche no pude dormir, de la rabia y de la profunda vergüenza que sentía, no de ser lesbiana, sino de haberlo ocultado, de haberme avergonzado de lo que era y de eso que me hacía tan feliz: tener novia (por fin). Esa noche me prometí no volver a negar nunca más lo que soy.

Al día siguiente fui al trabajo y lo primero que hice fue decirles que la chica de ayer no era mi amiga, era mi novia, me reí y seguí haciendo mis cosas. Ese día mi vida cambió. He pasado estos 10 años de mi vida intentando que la vida de otrxs también cambie, para que ninguna niña demore 28 años en ser feliz, para que ninguna madre sienta que ha hecho algo malo al tener hijes lgtbiq, para que más gente se sienta orgullosa de lo que es y ese orgullo se expanda como una ola.

En diez años el Perú ha cambiado mucho y yo también, cuando era pequeña no veía lesbianas por ninguna parte a pesar de que las buscaba con ansiedad, en mi casa me enseñaron desde muy pequeña a rechazar la machonidad, en la calle me enseñaron a burlarme de personas gays y trans, en el colegio me enseñaron que no deberíamos existir, que éramos un error de la naturaleza, que iríamos al infierno. La educación que recibí fue tan homofóbica que preferí vivir lo que no era, como un pájaro que escoge la jaula antes que volar en libertad.

Escogí la jaula por 28 años con miedo a perderlo todo, la familia, los amigos, el amor de quienes me sentía inferior, un amor irrelevante en el fondo, pero para una niña, el único amor que conocía y que pensaba que la sostenía. En el colegio sí nos educan con una "ideología de género" en donde nos dicen que solo podemos ser un hombre y una mujer determinados, con gustos heterosexuales, sin más posibilidad que esa porque sino todo está mal en ti y ni siquiera debiste nacer, nos enseñan eso todos los días, lo refuerzan de mil maneras, sobre todo no hablando de nosotrxs, como si no existiéramos, mirando con desprecio a la niña machoncita, al niño afeminado, a todos los que no encajan.

El silencio también educa y a nosotros nos educaron sobre la base del silencio de los otros. Y crecemos con vergüenza y con dolor desde pequeñxs. El proyecto de Arimborgo, la acción popular de los Padres en Acción, el partido político de Julio Rosas tienen ese objetivo: que más niñxs crezcan con vergüenza, con dolor y se suiciden. Si nos salvamos de la muerte es porque la mayoría de nosotrxs tiene una gran capacidad de resiliencia, pero hay personas más sensibles que ya no pueden más y deciden acabar con todo, no por ser lo que son, sino porque existen arimborgos, rosas y padresenaccion por todas partes, en las casas, en las calles, en los colegios, en el estado, haciendo imposible la vida de seres pequeños que no llegan a ser grandes porque estos les quitaron las esperanzas. ¿Qué le puedo decir a la Vero de hace diez años? Que gracias por avergonzarte esa última vez, porque si no hubiera sido por ese sentimiento hoy no sería lo que soy. Gracias chiquilla del ayer, porque sobreviviste.

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