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Vox o el fantasma de las épocas pasadas


Tengo que confesar que me da miedo. Me produce pavor pensar en la que se nos puede avecinar. Y a los hechos me remito. Ya no es solo en España, es nuestra vecina Francia con Le Pen y su discurso xenófobo; o Bolsonaro en Brasil, diciendo que "las niñas van de rosa y los niños de azul". La extrema derecha brota cual herpes en labio tras una fiesta en la que todo el mundo ha compartido vaso. Y como buena infección, se propaga rápidamente. Está claro que, a no ser que le pongamos remedio, esta realidad se convertirá en pandemia.

Las redes sociales son la fuente de información más inmediata, de eso no cabe duda. Yo soy periodista y, en innumerables ocasiones, nos enteramos de la Noticia gracias a Twitter, Facebook o Instagram. Por ende, leer en ellas cómo tantas personas se encuentran defendiendo un discurso anacrónico (propio de la época de nuestras abuelas) que, a priori, en el siglo XXI da casi risa... resulta inverosímil. Y, por supuesto, asqueroso. Y muchas de ellas son mujeres, lo que todavía me aterra más.

Vox es la representación del pasado (no se crean que muy lejano) que, poco a poco, avanza y parece que se queda. El pasado 17 de enero, esta formación política de extrema derecha- que recordemos defiende un discurso machista, racista, nacionalista y, en definitiva, fascista-; visitó Zaragoza, dejando casi al completo el auditorio de la capital aragonesa. Pero es que en Andalucía ha logrado lo que nadie se esperaba: cuatrocientos mil votos, 12 escaños en el parlamento y formar parte del gobierno. Todo ello, en una tierra donde los socialistas habían triunfado durante 40 años seguidos. Ni los medios de comunicación más conservadores se lo podían imaginar. Y estoy segura de que ellos mismos tampoco.

Machismo público

Es increíble que, hoy en día, haya que seguir explicando qué es el feminismo. La RAE por fin lo tiene claro: "Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre". Igualdad, no supremacía. Feminismo no es homólogo de machismo. El feminismo es un movimiento en el que se defiende únicamente lo justo y necesario: que todo el mundo sea tratado de la misma forma, mismos derechos y mismas oportunidades. Que el hecho de tener una vagina entre las piernas no signifique que soy inferior a ti. Y tengo que reiterar esto último, porque los simpatizantes de este grupo político nos siguen llamando "feminazis".

Además, aseguran que nuestro único objetivo es lucrarnos con subvenciones. Pura mentira. Y eso queda reflejado en sus "100 medidas para la España Viva". Mujeres que deciden abortar, el colectivo transexual y las maltratadas son también algunas de las víctimas de este partido que representa la España más rancia.

Si una mujer no quiere parir es libre de ello. Es su cuerpo y ella decide, así de sencillo. Es algo lógico. Y si la excusa que me ponen ustedes es que "esa guarra debería abrir menos las piernas", yo les digo que, ustedes, también la pueden meter en cemento fresco, a ver qué les parece. Porque la libertad sexual es un derecho, leñe. No deberíamos ni replanteárnoslo a estas alturas.

Vox quiere prohibir el aborto y las operaciones de cambio de sexo en la seguridad social. Según ellos, son intervenciones "ajenas a la salud". ¿Qué ocurre? ¿Que tengo que estar obligada a traer al mundo a un bebé aunque no lo quiera, fruto de una violación, por ejemplo? ¿O tengo que ser seguir siendo esclava de mi cuerpo con pene? ¿Estoy enferma por exigir mi propia libertad? ¿Hago daño alguno por ello? Insisto: a día de hoy hay cosas que no deberían ser objeto de debate.

Para colmo, estos impresentables (y perdonen mi vocabulario) quieren derogar la ley de violencia de género, sustituyéndola por una ley de violencia intrafamiliar. Porque, tal y como apunta su artículo 70 de las ya nombradas "100 medidas para la España Viva" la actual ley de violencia de género es "discriminatoria". Esto es para partirse de risa. 47 hombres decidieron asesinar el año pasado a sus parejas o exparejas. Y es la cifra más baja en los últimos 15 años. Cuando no deberíamos estar hablando de cifras... Este 2019, lleva ya 6. E, imagino que, cuando se publique este artículo, el ratio habrá aumentado. Porque es una realidad latente y preocupante y es que nadie lo puede discutir. Vox se aferra a hablar sobre las denuncias falsas. Pero es que los datos los desmienten: solo un 0,01% de las denuncias de víctimas de violencia de género son falsas.

Y es que no solo nos matan. Nos golpean, nos gritan, nos discriminan, nos tocan, nos violan, nos siguen, nos insultan...porque tenemos coño. Porque hay todavía anclada una idiosincrasia patriarcal en la que muchos hombres, en vez de ser hombres, son simios que buscan hacer uso del plátano sin replantearse nada. Porque "aquí está su polla"... No obstante, me alienta ver que el mensaje feminista se va posando en mentes féminas y masculinas. Y que, visibilizando y luchando contra una realidad injusta, es posible cambiarla. Y que no está todo perdido. Al menos, eso es lo que espero. A pesar de que la historia es cíclica y esta gentuza despierta a fantasmas de épocas pasadas que deberían haber descansado ya desde hace muchos años. Pero que, muchos, muchos años.

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