Año 2019, cuando recibí el email de nuestra directora Xaviera Medina informándonos del tema para el número especial de Marzo por el dia de la mujer: La violencia en contra de las mujeres; pensé en contestarle que no tenía ganas de participar.
Ya tenía otros temas pensados para este mes, quería hablar de literatura, tocar un tema más positivo, así que no tenía para nada ganas de hablar sobre violencia, otra vez.
Pero la realidad es que si es escogió este tema es porque es relevante más que nunca, seguimos siendo víctimas de un sistema patriarcal, que dispone de nosotras como si fuéramos productos desechables: Nos violan, nos pegan, nos matan y nos piden que seamos sumisas, aguantemos y sonriamos.
El mundo cambia, rápido, antes nos querían princesas, vestidas en vaporoso vestidos de tul, delicadas, esperando al príncipe valiente que nos rescatara de nuestro triste destino.
Ahora nos quieren inteligentes pero no más que ellos, nos quieren carreristas pero que no ganemos más que ellos. La lista es larga, se espera tanto de nosotras, pero lo más importante es que siempre tengamos en mente el lugar que nos corresponde, y ese es lugar siempre va por debajo del hombre.
Cualquier inflexión a esta lista es excusa para que se atente en contra de nosotras, siempre hay una “razón” para la violencia machista, como ibamos vestidas, donde estabamos, a que horas estabamos alli, que si íbamos solas o acompañadas, que sonreímos mucho o no sonreímos suficiente, que los miramos mal o que no los miramos…
Según la OMS, datos del 2017, un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina. Existen varios factores tal y como un bajo nivel socioeconómico, un historial de exposición al maltrato infantil, abuso de sustancias como el alcohol y drogas etc.
Sin embargo uno de los factores que me llamó la atención y que creo que engloba el problema a nivel mundial: la existencia de normas sociales que privilegian a los hombres o les atribuyen un estatus superior a las mujeres.
La igualdad de género será la clave que espero yo, algun dia, salve la vida de miles de mujeres, cuando logremos aprender que nadie es superior a nadie, que las mujeres no somos mercancía, moneda de cambio o un simple adorno de casa que se puede tirar a la basura cuando ya no nos guste.
Mientras el cambio se opera, que podemos hacer en lo inmediato, dejar de ser indiferentes, dejar de justificar todo. Debemos de gritar a los cuatro vientos, tenemos que empezarnos a meter en lo que “ no nos importa”. Tenemos que actuar.
Ojo que actuar no significa ponernos físicamente en peligro, pero si podemos DENUNCIAR, ser partícipes del cambio,apoyarnos las unas a las otras.
Tenemos que enseñarles a nuestros hijos que un hombre no golpea, no grita, no maltrata, y que nadie les pertenece. A nuestras hijas que el amor no es violento ni controlador, y que son libres.
Y a ambos enseñarles que tienen que ser buenos seres humanos y respetar.
* Según Ayudaenaccion.com existen 7 tipos de violencia, economica, laboral, institucional, psicológica, física, sexual y simbólica.